sábado, 8 de noviembre de 2014

Por qué "La caverna de Platón" es un ejemplo tan eficaz




Mucha gente con estudios de Secundaria o de Bachillerato recuerda el símil llamado 'La caverna de Platón'.

El relato es muy sencillo. Varios hombres han estado encadenados desde niños en una cueva. Solo pueden ver la pared de enfrente.

Detrás de ellos hay una fogata de gran tamaño, y entre la fogata y los prisioneros, pasa un camino.
El caso es que ese camino es recorrido cada día por personas que portan imágenes, objetos o figuras.
La fogata proyecta las sombras de estas figuras sobre la pared, de modo que los prisioneros creen que son reales esas sombras. Además, como escuchan voces, creen que proceden de esas sombras.

Un día un prisionero es soltado y sale de la cueva. Le cuesta acostumbrarse a la luz del sol pero al final ve y contempla la realidad como es.

Esta comparación o símil la empleó Platón para explicar cómo accedemos al conocimiento. Desde las sombras hacia la luz.

La eficacia de este relato radica en que Platón lo describió de una forma tan gráficamente explícita, que discurren por YouTube imágenes, montajes, ilustraciones y montones de vídeos que reproducen el mito de la caverna.

Yo he escogido uno de los mejores (ver abajo).



Si tuviera que reconstruir el mito de la caverna en un Museo del Pensamiento no dudaría en hacerlo con sombras chinescas o con polichinelas.

Los filósofos que se han expresado con metáforas, símiles, comparaciones o ejemplos, es decir, los que han manejado el lenguaje de la forma más artística, son los que tienen mayor público y cuyos libros siguen siendo vendidos hasta en los mercadillos.